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viernes, 18 de enero de 2019

Empatía. Diferentes aspectos


La empatía es una variable fundamental en el estudio de la conducta humana. Su análisis resulta de mucho interés tanto en el ámbito de la psicología y la psicopatología como en el estudio de la conducta prosocial y criminal.






La empatía da sentido al comportamiento de otros y permite identificar las emociones y los pensamientos ajenos para emitir respuestas adecuadas.  A través de ella podemos comprender las emociones ajenas y nos permite no sólo comunicar e interactuar con otros en aspectos afectivos, sino, también, predecir acciones, intenciones y sentimientos de los demás. Esta motivación genera una verdadera conducta prosocial.


Por otra parte, la empatía se puede relacionar con una mejor competencia y satisfacción profesional, así como con un menor estrés en el desarrollo laboral.

El origen, causas y concepto de empatía tiene diversas interpretaciones. Vamos a realizar un breve resumen sobre aspectos e información que puede resultar de interés.

Se puede considerar dos aspectos, diferenciando entre empatía cognitiva y empatía emocional.

-     Empatía emocional o afectiva: la capacidad de responder con un sentimiento adecuado a los estados mentales de otro. Es decir, capacidad para reaccionar emocionalmente ante las experiencias de los otros.
-     Empatía cognitiva: la capacidad de comprender el punto de vista o estado mental de otro. La atención se pone en los procesos cognitivos relacionados con la capacidad para adquirir el punto de vista de la otra persona.



Dos teorías que explican la empatía: las neuronas espejo y la teoría de la mente. Las neuronas espejo son un tipo particular de neuronas que se activan cuando un individuo realiza una acción, pero también cuando observa una acción similar realizada por otra persona. Las neuronas espejo permiten experimentar en uno mismo la acción que estamos observando.

Para la teoría de la mente, atribuir la mente a otra persona es una actividad teórica porque no podemos observar su mente, pero generamos hipótesis sobre lo que él o ella está pensando o sintiendo y, de esta manera, interpretamos su comportamiento (García,  González y Maestú, 2011).




En diversos estudios se plantea que los déficits en el desarrollo empático y la teoría de la mente (ToM) son predictores significativos para desarrollar conductas antisociales, habilidades sociales inadecuadas, problemas para hacer juicios morales y dificultades en las relaciones interpersonales. Los problemas en el desarrollo empático se han asociado también a déficits neuropsicológicos, relacionados sobre todo con el funcionamiento de los lóbulos frontales, córtex prefrontal (y otras área cerebrales). El desarrollo de la empatía necesita, por tanto, el funcionamiento de un verdadero circuito conformado por diversas áreas del cerebro, muchas de las cuales se encuentran interconectadas. Se incluye la amígdala y el sistema límbico, el sistema de neuronas espejo y la ínsula anterior.

En un trabajo de  Tirapu, Balmaseda y Escribano se afirma que cuando el daño cerebral es frontal, sea derecho o izquierdo se observa una afectación de la empatía tanto cognitiva como emocional. El estudio concluye que las respuestas empáticas requieren de la integración de procesos cognitivos y emocionales y que la región medial del córtex prefrontal juega un papel crucial en la red implicada en la empatía.

Existen múltiples trastornos en los que la afectación de la cognición social y de la empatía constituye un elemento esencial. Una de las primeras patologías en ser asociadas con estos procesos fue el autismo. Estudios realizados en personas con trastornos del espectro autista (TEA) han demostrado bajo cociente de empatía. El déficit en la cognición social es el eje sobre el que giran los aspectos relacionados con la génesis de los TEA.

Es el caso del trastorno antisocial de la personalidad o la psicopatía, que ha sido relacionado con alteraciones en varios procesos de cognición social, siendo el más comúnmente observado el déficit en la capacidad para sentir empatía, así como la dificultad en la autorregulación emocional. Otro déficit referido es el del reconocimiento de expresiones emocionales. Sin embargo, las personas con psicopatía poseen una correcta capacidad para mentalizar, es decir, son capaces de saber lo que otros piensan y sienten, aunque eso no le genera la emoción empática. Este aspecto se puede relacionar con la capacidad de entender a los demás y utilizar este conocimiento para aprovecharse de ello.

Otra de las patologías, psiquiátrica esta vez, en la que se han observado déficit en la cognición social es en las psicosis.


Aplicación práctica de la empatía.





Centrándonos en otra línea de análisis de la empatía, aspectos básicos de la empatía de utilidad en el ámbito personal y profesional son los siguientes.

  • La escucha activa (escuchar, saber escuchar y transmitir que se escucha). Aquí influye mucho el manejo de aspectos relacionados con la comunicación no verbal.
  • Percepción, interpretación y comprensión, tanto del contenido verbal como de la información no verbal y paralingüística (tono, volumen, silencios…)
  • Adopción de perspectivas. Considerar las diversas perspectivas personales, sociales, contextuales  con distancia suficiente. Adoptar otros puntos de vista, pensando cómo lo vería otra persona externa.
  • Transmitir y mostrar comprensión. Sin juzgar, con confianza y sensibilidad. Es una habilidad que se puede aprender.


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jueves, 3 de enero de 2019

Ansiedad de evaluación – Breve guía


En el siguiente enlace os podéis descargar una breve guía de afrontamiento de la ansiedad de evaluación, en concreto, sobre gestión de ansiedad ante los exámenes.
Obviamente, esta guía es escueta, concisa, abreviada y orientativa. La suelo utilizar como esquema de trabajo en la consulta. 

Si el problema es muy intenso, frecuente y/o limitante es aconsejable acudir a un/a profesional de la Psicología que os pueda ayudar.

Descargar aquí



Aquí puedes leer el POST  publicado en Instagram sobre este tema.  

Inquietud, nerviosismo, zozobra, angustia, incertidumbre, desazón, desasosiego, excitación, agitación, alteración, nervios... Sinónimos de una emoción, la ansiedad, que puede definirse de forma muy escueta como anticipación de un problema futuro, acompañada síntomas emocionales, psicológicos, físicos y/o conductuales.

Los trastornos de ansiedad se caracterizan por la presencia de preocupación o temor excesivo, tensión o activación que provoca un malestar notable en la persona que la sufre.

La ansiedad de evaluación consiste... 
[Leer más...]
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jueves, 6 de diciembre de 2018

Secreto profesional en Psicología



Para cumplir de forma correcta y eficaz su labor, un profesional de la psicología necesita acceder a  datos e información personal e íntima de sus pacientes/clientes. 

El secreto profesional se considera como una protección del derecho a la privacidad e intimidad de los usuarios de los servicio psicológicos. Por lo tanto, la violación del mismo se consideraría como una violación de los derechos del usuario.

Las normas deontológicas, aprobadas por el Colegio Profesional, regulan como derecho y como deber ético profesional del psicólogo la obligación de guardar secreto profesional por la información recibida en el ejercicio de su profesión, en  defensa de los intereses profesionales y como garantía social de la profesionalidad de sus colegiados.


En el contexto clínico y sanitario, la relación entre el profesional y el paciente se caracteriza por la confianza subyacente en la misma. Producto de la confianza es la confidencialidad, que en el plano jurídico se entiende como la obligación de guardar “secreto profesional", siendo el psicólogo "confidente necesario" para ejercer sus funciones.

El Código Deontológico del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicología recoge el secreto profesional en varios de sus artículos.

 
Artículo 40º 
Toda la información que el/la Psicólogo/a recoge en el ejercicio de su profesión, sea en manifestaciones verbales expresas de sus clientes, sea en datos psicotécnicos o en otras observaciones profesionales practicadas, está sujeta a un deber y a un derecho de secreto profesional, del que, sólo podría ser eximido por el consentimiento expreso del cliente. El/la Psicólogo/a velará porque sus eventuales colaboradores se atengan a este secreto profesional.
 

Artículo 8º 
 “Todo/a Psicólogo/a deber informar, al menos a los organismos colegiales, acerca de violaciones de los derechos humanos, malos tratos o condiciones de reclusión crueles, inhumanas o degradantes de que sea víctima cualquier persona y de los que tuviere conocimiento en el ejercicio de su profesión”
. 

El secreto profesional o la confidencialidad con el paciente/cliente no se ejerce cuando ocurren este tipo de situaciones.

Aunque se pueden considerar algunas excepciones,  por lo que es posible eludir este secreto en casos muy concretos y especiales, como los que detallamos a continuación:

  • El derecho al secreto debe ceder ante el deber de declarar y denunciar delitos que atenten o pongan en peligro la vida, la integridad, la libertad o la seguridad de las personas.
  • Se puede considerar asimismo romper la confidencialidad cuando se estime que su cliente tiene alta probabilidad de cometer un asesinato o delito grave, de poner en peligro la vida de otras personas o la suya propia. 
  • También el psicólogo puede revelar los hechos protegidos por el secreto profesional, sin incurrir en violación del mismo, con autorización expresa del titular de la información.
  • Ante solicitud judicial, una vez en presencia del Juez, el psicólogo podrá alegar el secreto profesional, pero solo será aplicable respecto a las preguntas que se le formulen que puedan afectar a la intimidad y vida privada de sus pacientes, y no cuando se refiere a cualquier otro tipo de facetas y actividades  (comerciales, económicas o patrimoniales).



No obstante todo lo anterior, la realidad está llena de matices y los límites de la confidencialidad en la práctica de la psicología en todos sus ámbitos (clínica, forense, marketing y publicidad, psicología de las organizaciones...) constituye un tema controvertido.




 laura asensi


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sábado, 3 de noviembre de 2018

El pasado es solo una historia que nos contamos


“El pasado es solo una historia que nos contamos a nosotros mismos”

(Frase de la película Her)

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     El pasado es cualquier tiempo anterior al tiempo presente. Ha influido y puede influir en nosotros, pero no es recíproco.

      Dos problemas principales de acudir al pasado para mejorar nuestro presente:

     En primer lugar, el pasado es inmodificable. No podemos cambiarlo. Darle demasiadas vueltas, buscar en aquellos tiempos pasados las soluciones a nuestros problemas actuales puede ser una pérdida de tiempo. Se puede convertir en una cadena que nos impida avanzar y mejorar. Lo que ya hemos vivido no se modifica, no se puede corregir ni reformar. 

     En segundo lugar, ¿cuántos de esos acontecimientos pasados pasaron realmente tal y como los recordamos? ¿Cuántas emociones pasadas no fueron exactamente como creemos? Los recuerdos cambian, cada recuerdo es una interpretación de otro recuerdo. Nuestra memoria no es una cámara que reproduce fielmente la realidad pasada. La memoria reconstruye los recuerdos y guarda la última versión, como una actualización del sistema.

    Cuando recordamos, revisamos y repasamos lo sucedido. La información pasada se reconstruye y organiza en esquemas propios, es decir, recuerdos, sentimientos y creencias coherentes para nosotros y sobre nosotros mismos que forman un todo integrado y con sentido. 

No sé dónde leí o quién dijo “Nunca volveremos a un momento vivido, como nunca pisaremos el mismo río”… Y así es.


 laura asensi


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domingo, 7 de octubre de 2018

Estilo educativo y riesgo de conducta delictiva -Telecinco


Voy a ampliar la intervención que realicé en el telediario de Telecinco del día 1 de octubre de 2018 sobre la relación e influencia de determinado estilo educativo y riesgo de conducta delictiva y violenta.

Laura Fátima Asensi en Tele5




Ya sabemos que en el televisión, y sobre todo en los telediarios, cortan las intervenciones sobre las que te solicitan opinión y publican unos segundos que, a veces, no son el mejor titular de las declaraciones efectuadas. 


El asunto del reportaje era el excesivo permisivismo como estilo educativo y su consideración como un factor de riesgo. El tema venía al hilo de la polémica que suscitó la  Memoria anual de 2018 de la FISCALÍA DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DEL PAIS VASCO, concretamente en las referencias que se realizan en el en el apartado 5.6 sobre Menores, capítulo II - Evolución de la criminalidad. Al hilo de esa cuestión, la Fiscal delegada de Araba/Álava, reflexiona sobre la utilización de violencia en la comisión.

Literalmente se expresa: “Porque el menor infractor desea algo y lo quiere ya, si a la nula frustración añadimos la impulsividad ya está abierto el camino al delito. A todo esto debemos añadir que vivimos en una sociedad consumista en la que prima el interés individual sobre otros intereses de índole social. Los padres no refrenan los impulsos consumistas de sus hijos y muestran una vocación que tiende a que a sus hijos no les falte de nada, aunque para ello deban sacrificarse los propios padres, ¿es esto acertado? No. Desde pequeños debemos aprender que no siempre se logra lo que se desea, y que de esa experiencia nace un enriquecimiento personal que nos hará esforzarnos en la vida. Es la educación familiar la primera que debe dirigirse a lograr que los niños entiendan que no siempre se puede tener todo”

En la entrevista que me realizaron, para aportar el punto de vista psicológico a estas afirmaciones realizadas desde la fiscalía, comenté que un estilo educativo permisivo o indulgente puede implicar unas consecuencias en los hijos tales como baja competencia social, baja tolerancia a la frustración, impulsividad, falta de autocontrol, egoísmo, inestabilidad emocional y disminución de la responsabilidad, entre otras.

El estilo de socialización o estilo educativo de  tipo permisivo de tipo caprichoso implica  aceptación y afecto pero ausencia de demanda y límites. Los niños consiguen lo que desean con demandas, exigencias o caprichos, lo cual fomenta y refuerza comportamientos egoístas e impulsivos (“lo quiero, y lo quiero ya”).

Algunos de estos comportamientos y rasgos de personalidad (baja tolerancia a la frustración, impulsividad, egocentrismo, falta de habilidades sociales, egoísmo, bajo autocontrol…) se consideran factores de riesgo para el desarrollo del comportamiento delictivo o antisocial. No obstante, hay que considerar que el desarrollo de la delincuencia es multicausal y complejo, influyendo otros factores de riesgo sociales, personales, biológicos y de oportunidad. Además, es necesario considerar también los diferentes factores de protección y resiliencia.

La mayor parte de los factores de riesgo, aisladamente, tienen una baja correlación con la delincuencia; el problema es cuando se acumulan varios (efecto multiplicativo o exponencial).

En conclusión, no se puede realizar una relación causal lineal entre estilo educativo y delincuencia, aunque bien es cierto que algunos de los rasgos y conductas que se pueden desarrollar con un estilo de educación y socialización de tipo excesivamente permisivo y caprichoso, como son la baja tolerancia a la frustración, baja competencia para la resolución de conflictos, escasa competencia social, bajo autocontrol y alta impulsividad, son considerados factores de riesgo personales para el desarrollo del comportamiento delictivo y antisocial.





Web Laura Asensi

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sábado, 25 de agosto de 2018

Ataque de pánico

Hombre La Cara Sello Pánico El Miedo Ansie
Una persona a punto de un ataque de pánico tiene un presentimiento, una sensación de desastre que suele ir acompañada de síntomas cardíacos (como irregularidad o aceleración del latido cardíaco) y problemas para respirar (disnea, dolor torácico). El ataque suele iniciar de manera abrupta y aumenta con rapidez hasta alcanzar su expresión máxima; esta experiencia desagradable suele durar en total menos de media hora.

Un ataque de pánico es el miedo, en ocasiones terror intenso, que inicia de manera súbita y se acompaña de distintos síntomas clásicos de «lucha o fuga», además de algunos otros, como dolor torácico, escalofríos, calor excesivo, ahogamiento, disnea, frecuencia cardíaca rápida o irregular, hormigueo o adormecimiento, sudoración excesiva, náusea, mareo y temblor.

Como consecuencia, las personas que lo sufren pueden tener una sensación de irrealidad o temer estar perdiendo la cabeza o muriendo.

-     Son comunes (quizá 30% de los adultos ha experimentado por lo menos uno). Los ataques de pánico pueden tener una incidencia muy variable, desde sólo unos cuantos episodios en la vida hasta muchas veces por semana en otras personas. Algunos pacientes incluso despiertan por la noche con ataques nocturnos.

El paciente puede encontrarse tranquilo o ansioso cuando comienzan a intensificarse los síntomas de pánico.

Los ataques de pánico pueden presentarse sin otros síntomas o relacionados con otros trastornos más, entre los que se encuentran agorafobia, trastorno de ansiedad social, fobia específica, trastorno de estrés postraumático (TEPT), trastornos del estado de ánimo y trastornos psicóticos. También pueden formar parte del trastorno de ansiedad
debido a otra afección médica y del trastorno de ansiedad inducido por sustancias.




Como consecuencia de ataques de pánico inesperados, el paciente teme que se presenten de nuevo o trata de evitar el desarrollo de ataques adicionales tomando medidas (ineficaces) como abandonar las actividades que alguna vez prefirió o evitar acudir a sitios en los que los ataques han ocurrido.

El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad frecuente en el que el paciente experimenta ataques de pánico inesperados (por lo general, muchos, pero siempre más de uno) y le preocupa desarrollar algún otro. 

Si bien los ataques de pánico suelen ser no inducidos, también se presentan ataques con predisposición situacional o inducidos/con vínculo externo.

Una minoría importante tendrá ataques de pánico nocturnos, así como durante la vigilia. Aproximadamente la mitad de los pacientes con trastorno de pánico también desarrolla síntomas de agorafobia, aunque en muchos casos no ocurre.

Por lo general, el trastorno de pánico inicia poco después de los 20 años. Es uno de los trastornos de ansiedad más frecuentes.

Los ataques de pánico o los trastornos psicológicos que pueden conllevar como indicador un ataque de pánico, son tratables.

Fuente: Morrison, J. (2015). DSM-5® Guía para el diagnóstico clínico. Editorial El Manual Moderno.


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Web Laura Asensi




lunes, 23 de julio de 2018

Nueva página web de Laura Asensi

Os presentamos nuestra nueva web de Consulta Psicológica de Laura Asensi


 web laura asensi

En la misma, informamos sobre nuestra actividad profesional, tato en el ámbito clínico como forense, acreditaciones que nos avalan, publicaciones, oferta formativa, cursos y talleres...

Aquí os dejamos la dirección de la página por si es de vuestro interés.

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sábado, 31 de marzo de 2018

Entrevista a Laura Asensi Pérez, psicóloga

 Ficha de Laura Asensi

"Tratamos problemas relacionados con la ansiedad, tales como ansiedad generalizada, ansiedad social, ataques de pánico, diversas fobias, trastorno obsesivo compulsivo, estrés postraumático; Acuden bastantes pacientes que presentan trastornos depresivos y adaptativos, así como trastornos de personalidad. También realizamos orientación y asesoramiento psicológico para problemas puntuales o conflictos relacionados con crisis vitales, rupturas de pareja, duelo, problemas de autoestima, problemas con el trabajo, estrés y acoso laboral, etc. Por otra parte, atendemos casos relacionados con secuelas y victimización de delitos o accidentes.


Muchas personas, y cada vez más, acuden a solicitar evaluaciones psicológicas o asesoramiento psicológico ante conflictos o problemas personales puntuales, toma de decisiones y otras dificultades no relacionadas con cuadros clínicos graves o psicopatología destacable, solicitudes más centradas en el asesoramiento profesional."







lunes, 22 de enero de 2018

La Ansiedad. Tipos de respuesta y técnicas de intervención psicológica


LA ANSIEDAD pasa a definirse como una repuesta emocional, o patrón de respuestas, que engloba: - Aspectos cognitivos displacenteros, de tensión y aprensión que hacen referencia a sentimientos y pensamientos de miedo, inseguridad, aprensión, preocupación, etc.- Aspectos fisiológicos, caracterizados por un alto grado de activación del Sistema Nervioso Autónomo , así como otros síntomas asociados. Y Aspectos motores o conductuales, que son conductas observables, índices de agitación motora y que suelen implicar comportamientos escasamente adaptativos.

Tipos de respuesta de ansiedad


A estas áreas mencionadas, se le van agregando, nuevas dimensiones de rasgos de ansiedad; como las referidas a las situaciones de evaluación, a las de la vida cotidiana, las fóbicas y las interpersonales...

Lansiedad deja de ser positiva bien cuando el peligro identificado no es tal (por ejemplo, estar en un supermercado) o cuando la reacción es desproporcionada (el peligro existe, pero no justifica la activación del mecanismo de la ansiedad). Subir a un ascensor entraña un cierto peligro, pero no justificaría la aparición de una crisis de pánico. ¿Cuándo hablamos de problemas de ansiedad?. Bien, pues cuando respondemos con un nivel de ansiedad alto en circunstancias en las que el resto de la gente no parece tener problemas. 

En ella cualquier reacción de ansiedad dependerá de la interacción entre las características personales y las condiciones de la situación.

"La tensión puede controlarse bien modificando directamente la activación fisiológica inicial y su mantenimiento, o modificando los efectos que los pensamientos, situaciones o conductas... tienen sobre ellas. En el primer caso, porque se controla directamente la propia activación del organismo, en el segundo, porque se reducen los agentes que instigan su aparición" (Labrador, 1992).

Lo importante es que las emociones (sean positivas o negativas) se correspondan con la realidad.

Evaluación de las respuestas de ansiedad

En España, se elaboró el Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA), que fue desarrollado por los profesores de la Universidad Complutense de Madrid Juan José Miguel Tobal y Antonio Cano Vindel. Publicado en el año 1986, ha sido traducido y adaptado a más de una docena de países y lenguas diferentes. Se trata de un test psicológico que permite medir el nivel de ansiedad de cualquier individuo, a partir de los 15-16 años (existen también otras versiones para niños y adolescentes). 

El ISRA evalúa el nivel general de ansiedad (rasgo general de personalidad ansiosa), los tres sistemas de respuesta por separado (lo que pensamos, regulado por el sistema cognitivo; lo que sentimos a nivel corporal, o sistema fisiológico; y lo que hacemos, o sistema conductual-motor), así como cuatro rasgos específicos de ansiedad o áreas situacionales (ansiedad ante situaciones de evaluación, ansiedad en situaciones sociales o interpersonales, ansiedad en situaciones fóbicas, y ansiedad en situaciones de la vida cotidiana). 

Presenta una serie de situaciones, que son aquéllas en las que solemos reaccionar con ansiedad, así como otro conjunto de respuestas, que constituyen los principales síntomas de ansiedad. 

Como todos los tests psicológicos, éste debe ser aplicado por un profesional de la psicología que sea especialista en el tema. No obstante, es posible realizar una evaluación aproximativa de la ansiedad a partir de sus principales síntomas, que sirva al lector a modo de autoevaluación.

Veamos primero algunos de los síntomas y a continuación las instrucciones que nos permitirán autoevaluarnos de una manera general. Esta evaluación no será muy precisa, pero sí podremos tener una cierta idea de cuál puede ser nuestro nivel de ansiedad. Vamos a trabajar con una selección de items o cuestiones, extraídos del ISRA.

MUESTRA DE SÍNTOMAS O RESPUESTAS DE ANSIEDAD

Respuestas Cognitivas (lo que pensamos o sentimos)
- Preocupación
- Pensamientos o sentimientos negativos sobre uno mismo
- Inseguridad
- Temor a que nos noten la ansiedad y a lo que pensarán si esto sucede
Respuestas Fisiológicas (lo que sucede en nuestro cuerpo)
- Molestias en el estómago
- Sudor
- Temblor
- Tensión
- Palpitaciones, aceleración cardiaca
Respuestas Motoras (lo que manifestamos en nuestro comportamiento)
- Movimientos repetitivos (pies, manos, rascarse, etc.)
- Fumar, comer o beber en exceso
- Evitación de situaciones

Técnicas de control de la ansiedad

Las técnicas se pueden clasificar en:

- Generales. Tienen el objetivo de incrementar en el individuo una serie de recursos personales de carácter genérico para hacer frente al estrés.

- Cognitivas. Su finalidad sería cambiarla forma de ver la situación (la percepción, la interpretación y evaluación del problema y de los recursos propios).

- Fisiológicas. Están encaminadas a reducir la activación fisiológica y el malestar emocional y físico consiguiente.

- Conductuales. Tienen como fin el promover conductas adaptativas: dotar al individuo de una serie de estrategias de comportamiento que le ayuden a afrontar un problema.

La aplicación de la mayoría de las técnicas que se describirán a continuación requiere de un profesional de la psicología que determine cuáles son las más adecuadas para cada situación o caso concreto, así como para asegurarse de su correcta administración y ejecución.

Veamos algunas de las técnicas en función de su clasificación y objetivos.

  • TÉCNICAS GENERALES


Desarrollo de un buen estado físico
El desarrollo y mantenimiento de un buen estado físico tiene buenos efectos en la prevención del estrés; para ello, es aconsejable la realización de ejercicio de manera habitual. En general, el ejercicio aumenta la resistencia física del individuo a los efectos del estrés pero además aumenta también la resistencia psicológica: la realización de ejercicio nos obliga a desplazar la atención de los problemas psicológicos y nos permite el descanso y la recuperación de la actividad mental desarrollada anteriormente. El ejercicio físico permite movilizar el organismo mejorando su funcionamiento y su capacidad física de cara a que esté en mejores condiciones para hacer frente al estrés, aumentando la capacidad para el trabajo físico y mejorando las funciones cardiovascular, respiratoria y metabólica.

Dieta adecuada
El desarrollo de buenos hábitos alimentarios que condicionan el estado nutricional del individuo constituye una medida aconsejable para la prevención del estrés. Las demandas energéticas que actualmente recibimos de nuestro entorno determinan la necesidad de tener un equilibrio energético adecuado para responder a esas demandas y para no desarrollar problemas carenciales.

Apoyo social
Establecimiento y desarrollo de redes sociales, que puedan facilitar apoyo social al individuo. Las relaciones sociales con otros individuos puede resultar una fuente de ayuda psicológica o instrumental. Un grupo social puede constituirse en referencia que facilite al individuo una mejor adaptación e integración en la realidad.

La distracción y el buen humor
Fomentar la distracción y buen humor constituye una buena medida para prevenir situaciones de ansiedad o para aliviarlas, pues además de facilitar el desplazamiento de la atención de los problemas, contribuye a relativizar la importancia de esos problemas.

  • TÉCNICAS COGNITIVAS

Utilizadas para cambiar el pensamiento, modificar las evaluaciones erróneas o negativas respecto de las demandas o de los propios recursos del individuo para afrontarlas y facilitar una reestucturación de los esquemas cognitivos.

"La gente se perturba , no por los acontecimientos sino por su opinión sobre los acontecimientos" Epícteto ( Siglo I a. C.)

La intervención cognitiva del estrés es el arte de utilizar los pensamientos. Cada una de las técnicas que le mostraremos le ayudarán a cambiar su forma de afrontar los problemas. 

Pero todavía antes de entrar propiamente en cada una de las técnicas y su descripción, debemos aprender a descubrir los pensamientos automáticos, prerequisito necesario para garantizar éxito en la práctica de las mencionadas técnicas.

Veamos un ejemplo:

"En un concurrido teatro, una mujer se levanta de repente, da una bofetada al hombre que está junto a ella y sale rápidamente por el pasillo hacia la salida. Cada una de las personas que ha visto la escena reacciona a su manera, una mujer se sobresalta, un adolescente se encoleriza, un hombre maduro empieza a deprimirse,..."

¿Porqué el mismo suceso provoca tan diferentes emociones? Porque en cada caso, la emoción del observador fue una consecuencia de sus pensamientos. El suceso fue interpretado, juzgado y etiquetado de tal forma que fue inevitable una respuesta emocional particular.

Todas las personas están constantemente describiéndose el mundo a sí mismas, dando a cada suceso o experiencia una etiqueta. Estas etiquetas o juicios se forman a lo largo de un interminable diálogo de cada persona consigo misma y colorean toda la experiencia con interpretaciones privadas. El diálogo podemos compararlo como una cascada de pensamiento que fluye de la mente sin interrupción. Raras veces nos damos cuenta de tales pensamientos, pero son lo suficientemente poderosos como para crear las emociones más intensas.

Para conseguir el control de las emociones desagradables, el primer paso es prestar atención a los pensamientos automáticos. Para identificar los pensamientos automáticos que son los continuos causantes de sentimientos ansiógenos, hay que tratar de recordar los pensamientos que se tuvieron inmediatamente antes de empezar a experimentar la emoción y aquellos que acompañaron el mantenimiento de la emoción. Una vez llegados a este punto, debemos reconocer que los pensamientos crean y sostienen las emociones. Para reducir la frecuencia de las emociones dolorosas, es necesario primero escuchar los pensamientos y preguntarse, posteriormente, si son ciertos. Los pensamientos son los responsables de los sentimientos.

Reorganización cognitiva
Intenta ofrecer vías y procedimientos para que una persona pueda reorganizar la forma en que percibe y aprecia una situación. Esta técnica está dirigida a sustituir las interpretaciones inadecuadas de una situación, por otras interpretaciones que generen respuestas emocionales positivas y conductas más adecuadas.

Modificación de pensamientos automáticos y de pensamientos deformados
Ante una situación, todo el mundo desarrolla una serie de pensamientos para interpretar esa situación. Estos pensamientos pueden ser tanto racionales como irracionales. Mediante estas técnicas se intenta la identificación y el cambio de los pensamientos irracionales.

Los pensamientos automáticos son espontáneos y propios de cada individuo. Son elaborados sin reflexión o razonamiento previo aunque son creídos como racionales. Tienden a ser dramáticos y absolutos y son muy difíciles de desviar. Llevan a interpretaciones negativas y a emociones desagradables.

La persona se irá dando cuenta progresivamente de sus pensamientos automáticos y desestimando su importancia.
Los pensamientos deformados son otro tipo de pensamientos que originan estrés. Este tipo de pensamientos manifiestan una tendencia a relacionar todos los objetos y situaciones con uno mismo, a emplear esquemas de generalización, de magnificación, de polarización en la interpretación de la realidad, etc.

La intervención sobre este tipo de pensamientos consiste en lograr una descripción objetiva de la situación, identificar las distorsiones empleadas para interpretarlo y eliminar esas distorsiones modificándolas mediante razonamientos lógicos.

Desensibilización sistemática
Con esta técnica se intentan controlar las reacciones de ansiedad o miedo ante situaciones que resultan amenazadoras a un individuo. Esta técnica se fundamenta en la relajación progresiva de Jacobson. El individuo en un estado de relajación, se va enfrentando progresivamente con situaciones (reales o imaginadas) dispuestas en orden creciente de dificultad o de amenaza ante las que el sujeto desarrolla ansiedad, hasta que el individuo se acostumbra a estar relajado y a no desarrollar respuestas emocionales negativas en estas situaciones.

Inoculación de estrés
Esta es una técnica de carácter cognitivo y comportamental. La metodología es similar a la de la desensibilización sistemática. A partir del aprendizaje de técnicas de respiración y relajación para poder relajar la tensión en situación de estrés, se crea por el sujeto una lista en la que aparecen ordenadas las situaciones más estresantes. Comenzando por las menos estresantes el individuo irá imaginando esas situaciones y relajándose. Después el individuo tendrá que desarrollar una serie de pensamientos para afrontar el estrés y sustituirlos por anteriores pensamientos estresantes; por último, el individuo utilizará en vivo estos pensamientos de afrontamiento y esas técnicas de relajación en situaciones reales para abordar situaciones estresantes.

Detención del pensamiento
La acción de esta técnica está dirigida a la modificación de pensamientos negativos reiterativos que conducen a sufrir alteraciones emocionales (ansiedad) es decir que no contribuyen a buscar soluciones eficaces del problema sino a dificultarlo. Consiste en lo siguiente: cuando aparece una cadena de pensamientos repetitivos negativos intentar evitarlos mediante su interrupción (golpeando la mesa o vocalizando la expresión "basta", por ejemplo) y sustituir esos pensamientos por otros más positivos y dirigidos al control de la situación. "La lógica de esta técnica se basa en el hecho de que un estímulo suficientemente potente atraerá la atención sobre él haciendo que se deje de prestar atención a los pensamientos que se están desarrollando" (Peiró y Salvador, 1993).

  •  TÉCNICAS FISIOLÓGICAS

Es característico de las situaciones estresantes la emisión de intensas respuestas fisiológicas que, además de producir un gran malestar en el individuo, alteran la evaluación cognitiva de la situación y la emisión de respuestas para controlar la situación.

Las técnicas fisiológicas que comentamos buscan la modificación de esas respuestas fisiológicas y/o la disminución de los niveles de activación producidos por el estrés centrándose directamente en los componentes somáticos implicados en el estrés.

Técnicas de relajación física
Las más utilizadas son la relajación progresiva de Jacobson y el entrenamiento autógeno de Schultz. Estas técnicas intentan aprovechar la conexión directa entre el cuerpo y la mente, de la existencia de una interdependencia entre la tensión psicológica y la tensión física o dicho de otro modo, que no es posible estar relajado físicamente y tenso emocionalmente. Así, según las teorías que inspiran estas técnicas, las personas pueden aprender a reducir sus niveles de tensión psicológica (emocional) a través de la relajación física aún cuando persista la situación que origina la tensión. "Si se relajan los músculos que han acumulado tensión (de origen) emocional, la mente se relajará también gracias a la reducción de la actividad del sistema nervioso autónomo" (Peiró y Salvador, 1993).
La relajación es un estado del organismo de ausencia de tensión o activación con efectos beneficiosos para la salud a nivel fisiológico, conductual y subjetivo. La técnica de relajación de Jacobson consiste en adiestrar al individuo en la realización ejercicios físicos de contracción-relajación que le permitan tener conocimiento del estado de tensión de cada parte de su cuerpo y tener recursos para relajar dichas zonas cuando estén en tensión.

Técnicas de control de respiración
"Las situaciones de estrés provocan habitualmente una respiración rápida y superficial, lo que implica un uso reducido de la capacidad funcional de los pulmones, una peor oxigenación, un mayor gasto y un aumento de la tensión general del organismo" (Labrador, 1992). Estas técnicas consisten en facilitar al individuo el aprendizaje de una forma adecuada de respirar para que en una situación de estrés pueda controlar la respiración de forma automática y le permita una adecuada oxigenación del organismo que redunda en un mejor funcionamiento de los órganos corporales y un menor gasto energético (efectos beneficiosos sobre irritabilidad, fatiga, ansiedad, control de la activación emocional, reducción de la tensión muscular, etc).

"Existen diversas técnicas de entrenamiento de la respiración abdominal que pretenden que ésta substituya a la torácica practicada en situaciones de tensión y estrés siendo, sin embargo, menos adecuada para una eficaz oxidación de los tejidos" (Peiró y Salvador, 1993). El aprendizaje y la posterior utilización de estas técnicas resulta bastante fácil y sus efectos beneficiosos son apreciables inmediatamente.

Técnicas de relajación mental (meditación)
La práctica de la meditación estimula cambios fisiológicos de gran valor para el organismo. Pretenden que la persona sea capaz de desarrollar sistemáticamente una serie de actividades (perceptivas y/o conductuales ) que le permitan concentrar su atención en esas actividades y desconectar de la actividad mental cotidiana del individuo de aquello que puede resultarle una fuente de estrés.

Biofeedback
Esta es una técnica de intervención cognitiva para el control del estrés pero busca efectos a nivel fisiológico. Su objetivo es dotar al individuo de capacidad de control voluntario sobre ciertas actividades y procesos de tipo biológico. A partir de la medición de algunos de procesos biológicos del individuo, se trataría de proporcionar al propio individuo una información continua de esos parámetros, de manera que esta información pueda ser interpretada y utilizada para adquirir control sobre aquellos procesos para posteriormente adiestrar al individuo en el control voluntario de los citados procesos en situaciones normales.

  •  TÉCNICAS CONDUCTUALES

Entrenamiento asertivo
Mediante esta técnica se desarrolla la autoestima y se evita la reacción de estrés. Se trata de aprender a conducirse de una forma asertiva, que consiste en conseguir una mayor capacidad para expresar los sentimientos, deseos y necesidades de manera libre, clara e inequívoca ante los demás, y que esté dirigida al logro de los objetivos del individuo, respetando los puntos de vista del otro. La ejecución de esta técnica se lleva a cabo a través de prácticas de Role Playing.

Entrenamiento en habilidades sociales
Consiste en el aprendizaje de conductas que tienen más probabilidad de lograr el éxito a la hora de conseguir una meta personal y a conducirse con seguridad en situaciones sociales. Este entrenamiento al igual que el anterior se realiza a través de prácticas de Role Playing. Estas técnicas constituyen una buena forma de instaurar habilidades sociales mediante la observación de las conductas, la posterior escenificación y dramatización de situaciones reales, y por último, su ejecución habitual en la realidad.

Modelamiento encubierto
Es una técnica creada por Cautela (1971). Está destinada a cambiar secuencias de conductas que son negativas para el individuo y aprender conductas satisfactorias. Consiste en que el sujeto practica en la imaginación las secuencias de la conducta deseada de forma que cuando adquiera cierta seguridad realizando imaginariamente esa conducta consiga llevarla a cabo en la vida real de una forma eficaz.

Técnica de solución de problemas
Una situación se constituye en un problema cuando no podemos dar una solución efectiva a esa situación. El fracaso repetido en la resolución de un problema provoca un malestar crónico, una ansiedad, una sensación de impotencia... que dificulta la búsqueda de nuevas soluciones. Mediante estas técnicas se intenta ayudar al individuo a decidir cuáles son las soluciones más adecuadas a un problema. 

Esta técnica desarrollada por D'Zurilla y Golcifried (1971) consta de varios pasos:

- Identificación y descripción del problema de forma clara, rápida y precisa. Esta descripción ha de realizarse en unos términos que impliquen conductas propias para resolver ese problema.
- Buscar varias posibles soluciones o respuestas que puede tener el problema considerándolo desde distintos puntos de vista; hay que evitar responder impulsivamente al problema.
- Llevar a cabo un procedimiento de análisis y ponderación de las distintas alternativas de respuesta para decidir la solución más idónea a ese problema y que vamos a realizar.
- Elegir los pasos que se han de dar para su puesta en práctica y llevarlos a cabo.
- Evaluar los resultados obtenidos al llevar a cabo la solución elegida. Si no son positivos, es necesario volver a anteriores pasos.

Técnicas de autocontrol
El objetivo de estas técnicas es buscar que el individuo tenga control de la propia conducta a través del adiestramiento de su capacidad para regular las circunstancias que acompañan a su conducta (circunstancias que anteceden a su conducta y circunstancias consecuentes a esa conducta). "Estos procedimientos son muy útiles en el manejo y control en las conductas implicadas en situaciones de estrés y son útiles no sólo para mejorar conductas que ya han causado problemas, sino también para prevenir la posible aparición de conductas problemáticas" (Labrador, 1992). En el ámbito laboral, puede resultar especialmente útil fomentar el aprendizaje y la concienciación de los individuos en estrategias de carácter organizativo tendentes a facilitar al individuo recursos para el ordenamiento de su tiempo en relación a las tareas que ha de desempeñar (cuadro 3) o para reducir las demandas de trabajo exteriores. Dos ejemplos de esto último pueden ser la delegación (que permita la distribución de las responsabilidades y los cometidos de una tarea entre varios sujetos y evite que sean una misma persona o unas pocas los que "lleven" el peso del trabajo) y la negociación (que facilite al individuo la flexibilidad y la comprensión necesarias para atender otros puntos de vista, para incluir otras variables en su análisis de la realidad, para adaptarse a las posibilidades reales, para facilitar el intercambio y el diálogo con los otros, para buscar la colaboración y no la oposición, para buscar soluciones negociadas, ... ).

© Laura Fátima Asensi Pérez
Psicóloga col. Nº CV-2988




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