Cuando hablamos del estrés, casi todos
lo reconocemos. Es un
viejo amigo. En la actualidad, el estrés es una de las causas de mayor
insatisfacción en las sociedades modernas. Afecta a nuestra calidad de vida
personal y laboral, a nuestra salud y, en definitiva, a nuestra capacidad de
ser felices.
El estrés es un fenómeno complejo, por lo que resultará
necesario comprenderlo y fraccionarlo para poder gestionarlo. Si comprendemos y
reconocemos los indicadores y nuestras diferentes respuestas asociadas al
estrés será más fácil utilizar las estrategias y recursos para afrontarlo con eficacia.
Entendemos el estrés, según Lazarus, como “el resultado de la
relación entre el individuo y el entorno, evaluado por aquél como amenazante,
que desborda sus recursos y pone en peligro su bienestar". Escojo esta
definición que engloba la interacción entre la persona y sus diferencias
individuales (estilo personal, modos de afrontamiento, interpretaciones, experiencias…)
y el contexto; así como las reacciones emocionales de una persona ante una
demanda o exigencia de su entorno y que supera sus resortes de afrontamiento.
Partiendo de la base, ya conocida, que el estrés no
siempre es negativo ¿Quién no ha oído hablar del estrés positivo? Nos vamos a
centrar en el aspecto menos adaptativo del mismo. Trabajar con fechas límites,
sobrecarga de trabajo, presiones, exigencias y auto-exigencias, demandas en
nuestra vida personal, profesional e incluso en nuestros momentos de ocio. A
veces, el auto-sabotaje es nuestro peor enemigo.
Esas presiones pueden venir de muchas fuentes
diferentes y cuando su efecto se combina puede resultar abrumador, y si no
ponemos en práctica métodos efectivos de afrontamiento, aparecerá el estrés.
Algunos signos e indicadores a tener en cuenta,
obviamente no se darán todos, pero pueden ir acumulándose:
- Psicológicos (Dificultad para concentrarse, para tomar decisiones, problemas de memoria, apatía, incapacidad para disfrutar y relajarse, preocupación, estado de ánimo deprimido, irritabilidad, ansiedad…)
- Físicos (Dolores, molestias, tensión muscular, rechinar los dientes, alergias, estreñimiento/diarrea, pérdida o ganancia de peso, mareos, palpitaciones, cansancio físico y fatiga, problemas sexuales, presión arterial alta...)
- Conductuales (Aumento del consumo de alcohol, tabaco, café, ansiolíticos; mala gestión del tiempo, adicción al trabajo, dificultades para disfrutar del ocio, aislamiento social problemas de pareja, bajo rendimiento…)
Otra parte importante de un plan de gestión del
estrés es tener algunas actividades regulares en nuestra vida para aumentar la resistencia ante las demandas
y presiones de la vida diaria, haciendo
de ello un hábito saludable de prevención y afrontamiento (ayuda el ejercicio,
divertirse, una buena alimentación, hobbies, actividades de relajación,
actividades placenteras, organización saludable del tiempo, etc. )
En el contexto laboral, y según las
características del trabajo, es preciso aprender a administrar el tiempo y
también la carga laboral. Algunas habilidades y estrategias pueden ayudar a ser
más efectivos, rendir mejor y sufrir menos. El día tiene 24 horas para todo el
mundo, sólo es cuestión de saber administrarlas. Planificación, re-encuadre,
asertividad, organización, tomarse tiempo para recargar pilas, desarrollar nuestras
potencialidades, y otras muchas estrategias ayudarán a gestionar el estrés.
En relación al estrés que sufren los directivos, según
datos del estudio International
Business Report, realizado por Grant Thornton, los directivos españoles no están en su mejor
momento. Uno de cada cuatro
directivos reconoce haber sufrido estrés elevado o extremo durante el último
trimestre de 2011, y un 37% estima que su nivel de estrés es más alto
que hace un año. 2011 y 2012 han sido años muy negativos, en lo que a estrés se
refiere, y seguramente 2013 no lleva mejor camino. Habrá que tomar medidas,
sobre todo preventivas, ya que con el estrés, el bienestar y la salud también
están en juego.
“Fórmula
anti-estrés: Primero, no preocuparse por las cosas pequeñas y, segundo,
recordar que casi todas las cosas en esta vida son pequeñas” Adam J. Jackson
Laura
Fátima Asensi Pérez
Profesora Universidad de Alicante
Profesora Universidad de Alicante
Psicóloga
Clínica y Forense
Especialista
en Psicoterapia por la Federación Europea
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