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lunes, 26 de noviembre de 2012

Ansiedad ¿eres o estás?


La ANSIEDAD es uno de los problemas psicológicos más habituales y de mayor prevalencia en la actualidad, aunque no siempre puede considerarse un problema clínico. La ansiedad es una reacción similar al miedo, pero que ocurre en situaciones que no son potencialmente peligrosas.

 La ansiedad puede ser definida como una reacción negativa con tres componentes principales:  uno fisiológico (relacionado con la activación del sistema nervioso), otro afectivo o emocional (caracterizado básicamente por sentimientos de miedo y preocupación)  y otro componente cognitivo, que se refiere a las interpretaciones o pensamientos negativos. La principal característica de la ansiedad es la sensación de incontrolabilidad.



 Se pueden distinguir dos tipos de ansiedad:
-      Ansiedad-Rasgo, entendida como una  característica de personalidad que indica tendencia al desasosiego, inquietud o preocupación de forma persistente, y que es independiente de la situación o contexto en el que nos encontremos. Es una propensión ansiosa, relativamente estable, que caracteriza a las personas con tendencia a percibir las situaciones como amenazadoras. Conceptualizamos los rasgos como elementos básicos de la estructura de la personalidad que determinan nuestra conducta regular y persistentemente en muchos tipos de situaciones diferentes.

-     Ansiedad-Estado es un estado emocional transitorio. Una respuesta emocional reactiva a una situación o contexto estresante o percibido como tal, y por tanto es de carácter transitorio, se da de forma inmediata y es una reacción menos duradera.

Si tomamos como ejemplo el rasgo de ansiedad, las personas que se caracterizan por ser poco ansiosas será más probable que, ante diferentes situaciones estresantes o amenazadoras (p.e. exámenes, hablar con figuras de autoridad o del otro sexo, hablar en público, afrontar situaciones de emergencia en las que hay que actuar rápidamente), muestren un nivel de ansiedad menor que las personas con un alto rasgo de ansiedad.
Los estados representan acciones, reacciones emotivas o interpretaciones concretas en función de la situación en la que se encuentra la persona (p.e. experimentar ansiedad ante un examen o ante una presentación en el trabajo, ansiedad de separación, etc.). Se enfatiza que los estados representan cambios emotivos y del estado de ánimo como la depresión, la alegría o el cansancio. Eysenck y Eysenck entienden el concepto de estado como acontecimientos singulares o conductas atípicas en relación con el carácter de las personas. Así, un individuo habitualmente sociable, o con un alto rasgo de sociabilidad, podría comportarse de manera poco sociable en una ocasión particular, del mismo modo que una persona generalmente poco ansiosa, o con un bajo rasgo de ansiedad, podría mostrar mucha ansiedad en un momento concreto.

Según este enfoque, el nivel de ansiedad que una persona experimenta en un momento concreto (estado de ansiedad), depende tanto del grado de estrés presente en la situación, como de la susceptibilidad del individuo a la ansiedad (ansiedad rasgo)
En este sentido, las personas más ansiosas acostumbrarían a mostrar reacciones de ansiedad elevadas incluso en situaciones relativamente poco estresantes o amenazadoras.
Si tenéis curiosidad por evaluar vuestra ansiedad estado-rasgo, y responderos a la pregunta ¿eres o estás? se puede utilizar el STAI, os pongo dos enlaces, uno con el cuestionario y el segundo con la ficha del cuestionario y los baremos de corrección.


Laura Asensi Pérez
Psicóloga Especialista en Psicología Clínica
Psicóloga Forense


Si necesitas ayuda, tratamiento o asesoramiento, contacta con nosotros. También puedes visitar nuestra web: Consulta de Psicología - Laura Fátima Asensi


sábado, 24 de noviembre de 2012

El Trastorno Límite de Personalidad (TLP). Tratamientos eficaces


ü  Descripción: El TLP consiste en un patrón persistente de inestabilidad en las relaciones interpersonales, afecto y autoimagen con escaso control de impulsos.

 
Es un síndrome heterogéneo, difícil de delimitar, con presentaciones clínicas y del comportamiento que varían entre individuos y entre los distintos momentos de evolución de un mismo paciente. La variabilidad de las presentaciones clínicas del TLP conlleva que sea un trastorno infradiagnosticado. Los sujetos con este trastorno pueden llegar a realizar frenéticos esfuerzos para evitar un abandono real o imaginario. Son muy sensibles a las circunstancias ambientales. La percepción de una inminente separación, rechazo o la pérdida de la estructura externa, pueden ocasionar cambios profundos en la auto-imagen, afectividad, cognición y comportamiento.

 
Presentan cambios bruscos y dramáticos de la auto-imagen, caracterizados por cambios de objetivos, valores y aspiraciones personales o profesionales. Se aburren con facilidad y están buscando siempre algo que hacer.

 
El estado de ánimo básico de tipo disfórico de los sujetos con un trastorno límite de la personalidad, suele ser interrumpido por períodos de ira, angustia o desesperación. Para los afectados suele ser difícil mantener relaciones interpersonales y desenvolverse correctamente en los distintos ámbitos sociales.
 

Las personas con TLP pueden experimentar dificultades como: significantes cambios de humor, pérdida de la confianza, conductas impulsivas y de autodestrucción, abuso de sustancias, excesiva sensibilidad y temor al rechazo y a la crítica.

 
ü  Las causas del TLP son complejas e indefinidas. Se describen  distintos factores que pueden estar implicados en su etiología: vulnerabilidad genética; alteración de los neurotransmisores y disfunción neurobiológica de la regulación emocional y el estrés; factores psicosociales; y desorganización de aspectos del sistema conductual  filiativo, concretamente, del proceso de apego.
 

ü  Diagnóstico: e recomienda utilizar instrumentos de medida a fin de conseguir el diagnóstico fiable de los trastornos de la personalidad, dado que se dispone de entrevistas y cuestionarios con buenas propiedades psicométricas y utilidad clínica, así como utilizar entrevistas semiestructuradas, basadas en la taxonomía psiquiátrica del DSM.

 
ü  Algunos de los tratamientos psicológicos con evidencia científica (fuente: Grupo de trabajo de la guía de práctica clínica  sobre trastorno límite de la personalidad. Fórum de Salud Mental y AIAQS, coordinadores. Guía de práctica clínica sobre trastorno límite de la personalidad. Barcelona: Agència d’Informació, Avaluació i Qualitat en Salut. Servei Català de la Salut. Pla Director de Salut Mental i Addiccions. Departament de Salut. Generalitat de Catalunya; 2011):

 
·        Psicoeducación. Se recomienda la psicoeducación como una intervención inicial para mejorar la información de los pacientes acerca de su trastorno. Asimismo se recomienda la psicoeducación en familiares de pacientes con TLP para disminuir la carga familiar percibida y mejorar las habilidades de afrontamiento del entorno familiar frente al trastorno.

·       La terapia cognitivo-conductual (TCC) no ha presentando suficiente evidencia para ser utilizada en pacientes con TLP.
 
·       La  Terapia cognitiva centrada en esquemas (TCE) se recomienda para mejorar la sintomatología del TLP así como la recuperación clínica y la calidad de vida. La GPC del NICE (2009)  describe la terapia cognitiva centrada en esquemas (TCE)  y resalta la importancia de los esquemas cognitivos disfuncionales que se aprenden en la juventud (esquemas inadaptados precoces) y los procesos que hacen que sean inflexibles y que impiden un nuevo aprendizaje: mantenimiento, evitación y compensación de los esquemas. Se anima a la persona a que analice hasta qué punto estas creencias nucleares le han ayudado a adaptarse a circunstancias adversas anteriores, y que se pregunte si son apropiadas para ayudarle a adaptarse a su situación actual. El tratamiento trata de facilitar la conexión afectiva y el reaprendizaje.

·        Se recomienda la Terapia Dialéctico Conductual (TDC) en pacientes con diagnóstico de TLP para reducir la frecuencia de intentos de suicidio, ideas suicidas y nivel de depresión, y disminuir la probabilidad de abandono de la terapia y de ingreso psiquiátrico. La TDC es un programa en el que se describen cinco etapas del tratamiento: pretratamiento, obtención del control conductual, procesamiento emocional del pasado, resolución de los problemas ordinarios de la vida y capacidad de experimentar una alegría sostenida. La TDC incorpora nuevas estrategias terapéuticas basadas en la dialéctica. La “dialéctica” hace referencia a un diálogo entre diferentes puntos de vista, basado en la aceptación de distintas posiciones, para acercarse a una realidad integrada. El terapeuta utiliza este enfoque dialéctico para favorecer el compromiso del paciente en la terapia y manejar la relación terapéutica._________________
 
                                                                                                       
                                                                                   Laura Fátima Asensi Pérez
                                                                                   Psicóloga Especialista en Psicología Clínica
                                                                                   Psicóloga Forense
 

domingo, 4 de noviembre de 2012

¿Qué tal andamos de atención selectiva?


La atención selectiva se refiere a la capacidad para actuar flexiblemente, dedicando la actividad psicológica a lo «relevante» y no a lo «irrelevante», según los intereses particulares del momento (Botella, 2000). Consiste en realizar un procesamiento selectivo de la información que nos interesa, obviando el resto. La persona selecciona la información a la que presta atención y da respuestas tan sólo a determinadas demandas del ambiente. Por ejemplo, puede haber ruido, música o personas hablando a tu alrededor y sin embargo focalizar tu atención en la lectura de un libro o en realizar un trabajo.

Dado el amplio número de estímulos que nos rodean, la atención selectiva nos permite evitar una sobrecarga en el procesamiento cognitivo y además favorece la respuesta y ejecución de una respuesta o tarea, así como el rendimiento. Está relacionada con la elección y la utilización de la estrategia  más adecuada a la situación.

La atención selectiva dependerá de las características de los estímulos (como cantidad, tamaño o intensidad) y también de las características personales (como el nivel de activación fisiológica, el estilo personal o la motivación)

Según estudios, el cerebro humano puede absorber simultáneamente 11 millones de unidades de información, sin embargo solo percibimos conscientemente un máximo de 40. Por un proceso de habituación nos desentendemos  de sucesos o estímulos que se repiten, que son conocidos, nos acostumbramos a ellos y no les prestamos atención, ya que si tuviéramos que prestar atención consciente, en función de nuestra capacidad cerebral, nuestro cerebro tendría que ser unas 500 veces más grande.

La atención selectiva sirve para mejorar nuestro rendimiento y minimizar la fatiga, pero también es útil para mejorar en general nuestras experiencias y filtrar la información útil de aquella que nos obsesiona, nos afecta negativamente o nos sobrecarga.

Os adjunto un par de experimentos audiovisuales donde podéis valorar vuestro nivel de atención selectiva ¿Sois buenos observadores? Vamos a comprobarlo.

https://www.youtube.com/watch?v=IGTZhtNsqFU

 
Test-experimento de atención selectiva de Daniel Simons
Laura Fátima Asensi Pérez
Especialista en Psicología Clínica
Psicóloga Jurídico-Forense
 

La mitad de los diagnosticados de depresión en España no se coge la baja

"Sobrecargas laborales, exigencias familiares, un ritmo de vida que muchas veces nos obliga casi a la ubicuidad, y que nuestro cuerpo y nuestra mente no siempre son capaces de gestionar con éxito, son algunas de las causas que pueden llevar a la depresión"
 
 

La mitad de los diagnosticados de depresión en España no se coge la baja, según un estudio

Dos de cada 10 españoles han sido diagnosticados de depresión después del verano.
  • Sólo uno de cada cuatro alemanes se atrevería a comunicar en su trabajo que sufre una depresión; dos de cada diez en el caso de los franceses.

Sobrecargas laborales, exigencias familiares, un ritmo de vida que muchas veces nos obliga casi a la ubicuidad, y que nuestro cuerpo y nuestra mente no siempre son capaces de gestionar con éxito, son algunas de las causas que pueden llevar a la depresión. Dos de cada diez trabajadores han sido diagnosticados de esta enfermedad en España tras el final del verano, un período especialmente delicado para este tipo de dolencia, según un estudio realizado por Ipsos MORI a través de internet sobre 7.065 personas en edad de trabajar de siete países europeos (España, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Dinamarca y Turquía) entre el 30 de agosto y el 19 de septiembre de 2012. Pero, al margen de la incidencia de la enfermedad, lo llamativo es que sólo la mitad de los diagnosticados (51%) llega a coger días libres o la baja laboral: 4 de cada 10 (42%) de los diagnosticados en España no lo hacen, proporción que llega al 41% para el total de la muestra.

El temor a perder el empleo lleva a ocultar la depresión

Los afectados presentan síntomas como tristeza y ánimo bajo que en el ámbito laboral se traduce en falta de concentración , indecisión en la toma de iniciativas y descuidos. Los enfermos que llegan a coger días o disfrutar una baja para recuperarse en España se toman, como media, un mes (30,6 días), por debajo del resto de países estudiados, donde se alcanzan los 35, 9 días.
La depresión como, en general, todas las enfermedades de índole psicológica, siguen siendo difíciles de asumir públicamente por temor a la incomprensión. En este sentido, el estudio revela que uno de cada cuatro de los enfermos encuestados no llega a comunicar a sus jefes que sufre una depresión. En el caso de España, incluso llegando a coger días en el trabajo a cause de la enfermedad, un 16% de los encuestados no informa a sus superiores de que una depresión es la causa. Y, si se pregunta a los trabajadores no enfermos cómo actuarían en el hipotético caso de que se les diagnosticara esta enfermedad, la proporción es aún más elevada: un 24% de los encuestados en España asegura que no revelaría las causas de la baja y un 40% no lo tiene claro lo que haría.
Pero, ¿cuáles son las razones de tanto hermetisto? El 49% de los encuestados considera que es una cuestión privada y que, por tanto, no incumbe a nadie del ámbito laboral. Pero la sombra de la crisis también planea sobre las reticencias a revelar que se padace una depresión, de modo que un 30% de los encuestados lo ocultaría por miedo a poner en riesgo su puesto de trabajo. Además, ajena a la coyuntura económica, está el temor a la incomprensión. Un 30% considera asegura que no revelaría que sufre la enfermedad porque cree que en su entorno no lo comprenderían.

El 25% de los alemanes encuestados no se atrevería a decir en el trabajo que está deprimido

A la luz del estudio, Dinamarca es el país donde esta dolencia se trata de un modo más abierto y con más confianza en el ámbito laboral. Así, el 63% de los encuestados afirma que no tendría problema en decir abiertamente en su trabajo que sufre una depresión; en el polo opuesto se encuentran Francia (20%) y Alemania (25%).
Además, la capacidad de las empresas para tratar el problema es bastante limitada. Sólo el 45% de las grandes empresas cuenta con programas de apoyo promovidos por sus departamentos de recursos humanos orientados a ayudar a los trabajadores que sufran una depresión.