"Sobrecargas laborales, exigencias familiares, un ritmo de vida que muchas veces nos obliga casi a la ubicuidad, y que nuestro cuerpo y nuestra mente no siempre son capaces de gestionar con éxito, son algunas de las causas que pueden llevar a la depresión"
La mitad de los diagnosticados de depresión en España no se coge la baja, según un estudio
- Sólo uno de cada cuatro alemanes se atrevería a comunicar en su trabajo que sufre una depresión; dos de cada diez en el caso de los franceses.
Sobrecargas laborales, exigencias familiares, un ritmo de vida que muchas veces nos obliga casi a la ubicuidad, y que nuestro cuerpo y nuestra mente no siempre son capaces de gestionar con éxito, son algunas de las causas que pueden llevar a la depresión. Dos de cada diez trabajadores han sido diagnosticados de esta enfermedad en España tras el final del verano, un período especialmente delicado para este tipo de dolencia, según un estudio realizado por Ipsos MORI a través de internet sobre 7.065 personas en edad de trabajar de siete países europeos (España, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Dinamarca y Turquía) entre el 30 de agosto y el 19 de septiembre de 2012. Pero, al margen de la incidencia de la enfermedad, lo llamativo es que sólo la mitad de los diagnosticados (51%) llega a coger días libres o la baja laboral: 4 de cada 10 (42%) de los diagnosticados en España no lo hacen, proporción que llega al 41% para el total de la muestra.
El temor a perder el empleo lleva a ocultar la depresión
Los afectados presentan síntomas como tristeza y ánimo bajo que en el ámbito laboral se traduce en falta de concentración , indecisión en la toma de iniciativas y descuidos. Los enfermos que llegan a coger días o disfrutar una baja para recuperarse en España se toman, como media, un mes (30,6 días), por debajo del resto de países estudiados, donde se alcanzan los 35, 9 días.
La depresión como, en general, todas las enfermedades de índole psicológica, siguen siendo difíciles de asumir públicamente por temor a la incomprensión. En este sentido, el estudio revela que uno de cada cuatro de los enfermos encuestados no llega a comunicar a sus jefes que sufre una depresión. En el caso de España, incluso llegando a coger días en el trabajo a cause de la enfermedad, un 16% de los encuestados no informa a sus superiores de que una depresión es la causa. Y, si se pregunta a los trabajadores no enfermos cómo actuarían en el hipotético caso de que se les diagnosticara esta enfermedad, la proporción es aún más elevada: un 24% de los encuestados en España asegura que no revelaría las causas de la baja y un 40% no lo tiene claro lo que haría.
Pero, ¿cuáles son las razones de tanto hermetisto? El 49% de los encuestados considera que es una cuestión privada y que, por tanto, no incumbe a nadie del ámbito laboral. Pero la sombra de la crisis también planea sobre las reticencias a revelar que se padace una depresión, de modo que un 30% de los encuestados lo ocultaría por miedo a poner en riesgo su puesto de trabajo. Además, ajena a la coyuntura económica, está el temor a la incomprensión. Un 30% considera asegura que no revelaría que sufre la enfermedad porque cree que en su entorno no lo comprenderían.
El 25% de los alemanes encuestados no se atrevería a decir en el trabajo que está deprimido
A la luz del estudio, Dinamarca es el país donde esta dolencia se trata de un modo más abierto y con más confianza en el ámbito laboral. Así, el 63% de los encuestados afirma que no tendría problema en decir abiertamente en su trabajo que sufre una depresión; en el polo opuesto se encuentran Francia (20%) y Alemania (25%).
Además, la capacidad de las empresas para tratar el problema es bastante limitada. Sólo el 45% de las grandes empresas cuenta con programas de apoyo promovidos por sus departamentos de recursos humanos orientados a ayudar a los trabajadores que sufran una depresión.
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