¿Los españoles ven afectadas las emociones, sentimientos y comportamientos debido a la crisis? ¿Quiénes se ven más perturbados psicológicamente: los hombres o las mujeres? ¿Son la Inteligencia Emocional y el Coaching nuevas salidas terapéuticas?
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De vuelta a España, cuando los tiempos se tornaron difíciles, la presión y el miedo se fueron apoderando de muchos individuos. El estado de bienestar se muestra inseguro y la inestabilidad provoca cambios psicológicos que tienen que ser atendidos por profesionales. Laura Fátima Asensi, psicóloga clínica y profesora del Departamento de Psicología de la Salud de la UA, expone que los cambios y condiciones que afectan a las necesidades más básicas, así como la aparición de nuevos problemas, dificultades y preocupaciones que la persona emocionalmente afectada no sabe o no puede afrontar, hacen que se produzca un aumento de los conflictos asociados con la salud mental, siendo los más característicos los trastornos adaptativos y problemas de ansiedad y depresión. También aparecen trastornos adictivos asociados a tendencias evasivas.
Hay varios tipos de emociones o sentimientos causados por la crisis, están asociados a trastornos de ansiedad y depresión, de tipo reactivo a estresor psicosocial y a una realidad que la persona percibe como ajena e incontrolable. Las más repetidas son la angustia, frustración e impotencia ante la falta de oportunidades o la imposibilidad de tomar decisiones, incertidumbre hacia la situación futura, desconfianza, etc. A partir de estos estados, las manifestaciones más inmediatas son cambios conductuales, de hábitos, motivacionales y en la forma de pensar e interpretar la realidad, como por ejemplo: la aparición de estrés, insomnio, enfermedades gastrointestinales, baja autoestima, disminución del deseo sexual, pérdida en la capacidad para tomar decisiones, cambios de humor, entre otros, llegando incluso a despertar enfermedades mentales dormidas como la esquizofrenia.
Según Asensi es complejo afirmar que exista una co-relación entre fenómenos económicos, sociológicos y psicológicos. De todas formas, afirma que, desde 2008, “aparecen datos de aumento significativo en la venta de antidepresivos y ansiolíticos habiendo un mayor número de asistencia a consultas psicológicas y psiquiátricas, siendo las demandas más habituales las asociadas a estresores psicosociales condicionados por la crisis económica y sus efectos colaterales”.
Un ejemplo de lo comentado anteriormente es el producido al año siguiente del anuncio de la crisis financiera, en 2009, cuando la Unitat de Salut de Barcelona estimó que los problemas mentales habían aumentado un 7% (con picos que alcanzaron el 15% ) debido a la crisis.
Por otra parte, el psicólogo clínico de la UA Miguel Díez, afirma que “en estudios realizados recientemente en España, se demostró que el consumo de fármacos antidepresivos, tranquilizantes y ansiolíticos había aumentado hasta un 10 % coincidiendo con la actual crisis económica”.
Emociones sufridas según el sexo
El papel del hombre y la mujer en la sociedad también son relevantes a la hora del cambio emocional generado ante este tipo de situaciones extremas. No obstante, Miguel Díez mantiene que “los trastornos mentales afectan en mayor medida a las personas más vulnerables y en el caso de la situación de crisis económica, suelen ser más frecuentes en mujeres, dado que éstas deben hacer frente a su multiplicidad de roles en el trabajo y el hogar”. Además, el empleo a tiempo parcial es sobre todo femenino, y la temporalidad en los empleos también. Pese a casos particulares, Díez aclara que el desarrollo de problemas psicológicos, su mantenimiento y afrontamiento dependerá más de características individuales como el “perfil de personalidad, estrategias de afrontamiento, apoyo percibido, experiencias previas, etc”.
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