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viernes, 27 de noviembre de 2015

Actuación contra el ciberacoso


El acoso en internet

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua, define acosar como:

«1. Perseguir, sin darle tregua ni reposo, a un animal o a una persona. 2. (…) 3. Perseguir, apremiar, importunar a alguien con molestias o requerimientos».

Y define acoso como: «obtener los  favores sexuales de una persona, cuando quien lo realiza se halla en posición de  superioridad respecto de quien lo sufre.» 

Como consecuencia, el ciberacoso se puede definir como la acción de llevar a cabo “amenazas, hostigamiento, humillación u otro tipo de molestias realizadas por un adulto contra otro adulto por medio de tecnologías telemáticas de comunicación, es decir: Internet, telefonía móvil, correo electrónico, mensajería instantánea, videoconsolas online, etc.”
Según Represa, la línea que separa el acoso del ciberacoso es ya inexistente; todos los conflictos que se inician en el ciberespacio afectan de forma inexorable a la comunidad social y educativa donde el menor se integra. Y las consecuencias sociales, morales, psicológicas, temporales etc., imprevisibles”

Con esta definición, dentro del contexto del mal uso de las nuevas tecnologías, nos encontramos con dos fenómenos que suponen una clara situación de riesgo para los menores y que los tienen como actores: el ciberbullying y el grooming.

  • El ciberbullying es un tipo concreto de ciberacoso aplicado en un contexto en el que únicamente están implicados menores. Se puede definir como una conducta “de acoso entre iguales en el entorno TIC, e incluye actuaciones de chantaje, vejaciones e insultos de niños a otros niños”.
  • El grooming hace referencia a una serie de conductas y acciones deliberadamente emprendidas por un adulto con el objetivo de ganarse la amistad de un menor de edad, creando una conexión emocional con el mismo, “engatusándolo” con el fin de disminuir las inhibiciones del niño y poder abusar de él.

¿Cómo actuar?

En el caso de que se perciba que el menor pueda estar sufriendo una de estas situaciones se recomienda, en primer lugar, escuchar abiertamente y con confianza al niño/a, dejando que exprese todo lo que siente y mostrándole todo el apoyo por parte de su familia.

Una vez al tanto de los hechos, en el caso de que se trate de un caso de ciberbullying, se debe acudir al centro escolar y preguntar a los profesores y tutores si han detectado o pueden pararse a observar si hay algún comportamiento raro que pueda llevar a pensar que está sucediendo la agresión.

Posteriormente, en los casos graves y sobre todo en los de grooming, según el GDT de la Guardia Civil, “una vez los padres tienen conocimiento expreso de la situación, deben denunciarlo ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o autoridades judiciales para iniciar la investigación, identificar al responsable y ponerle a disposición de la Justicia”.

En el caso de ciberbullying,  es básica, principalmente,una actuación coordinada entre la familia y el centro educativo.  Avilés indica que el objetivo central de la actuación es evitar que la víctima siga sufriendo y que cesen los ataques y desaparezcan del medio virtual y presencial las manifestaciones del acoso, lo que no significa que se destruyan las pruebas. 

Avilés señala los pasos a seguir con la víctima cuando reconoce lo que ha sucedido en un primer acercamiento: 
  • Evitar el sentimiento de culpa la culpabilización
  • Mostrar acercamiento emocional y empático 
  • Demostrar confianza 
  • Analizar respuestas anteriores y alternativas posibles 
  • Entrenar el afrontamiento  
  • Poner en marcha y en práctica las decisiones”. 

Todo ello, guiado por un acompañamiento y seguimiento adultos que consigan reforzar los pequeños progresos de autoafirmación por su parte. 

Se trata de minimizar y evitar las consecuencias del ciberbullying en los acosados, que son similares a las que produce el propio bullying presencial y entre otras se manifiestan en:  

  • Menor auto-eficacia social, emocional y académica 
  • Alta ansiedad anticipatoria y estrés 
  • Fobia a la escolarización 
  • Baja autoestima y personalidad insegura 
  • Depresión y hasta ideación suicida 
  • Daños en su personalidad social 
  • Aislamiento y rechazo grupal”.

Es recomendable, asimismo, buscar ayuda profesional y psicológica.


Para saber más:  Guía de actuación contra el ciberacoso. Padresy educadores. Inteco

Si necesitas ayuda, tratamiento o asesoramiento, contacta con nosotros. También puedes visitar las áreas de tratamiento en nuestra web: Consulta de Psicología - Laura Fátima Asensi

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jueves, 26 de noviembre de 2015

HABLAR EN PÚBLICO ¿ARTE O TÉCNICA?

Nuevos talleres de Comunicación y mejora de aptitudes de Hablar en Público, individuales y para colectivos.

Dirigidos a profesionales, directivos y estudiantes.

Pídenos información. 


La oratoria es la facultad de hablar o escribir con elocuencia y de modo eficaz para transmitir correctamente mensajes e ideas: el liderazgo y la oratoria están íntimamente relacionados.

No todos somos grandes oradores, pero sí podemos llegar a ser unos oradores capaces y resueltos.

¿Un buen orador se hace o  nace? Ambas cosas. No podemos negar que hay personas con habilidades innatas, pero también es cierto que hablar en público se puede aprender y, como habilidad, es mejorable.

Miedo, ansiedad, inseguridad, inexperiencia, escasas habilidades oratorias, poca conciencia de efectividad,  ausencia de  valoración del resultado, falsas expectativas, recursos limitados, falta de técnica... Cualquiera de estos aspectos puede llevar a que no consigamos un nivel adecuado de comunicación.

Las dificultades o la ansiedad a hablar en público puede surgir ante diferentes situaciones o contextos: realizar una presentación, impartir una conferencia,  reuniones de trabajo, dar clases,  preguntar  a un conferenciante o a un profesor, debatir o dar tu opinión en público, participar en un seminario, etc. Depende de nuestro puesto de trabajo, tendremos que hablar en público en más o en menos ocasiones.

Algunas personas que se enfrentan a exposiciones en público sufren miedo escénico y síntomas característicos de ansiedad, tales como temblor, sudoración, tensión, dificultades para respirar, problemas de concentración, molestias gástricas, tartamudeo, bloqueos, mareos, anticipación ansiosa, miedo a ser evaluado negativamente o miedo a hacer el ridículo. Hay que tener en cuenta que cierto nivel de ansiedad no solo es normal en estas situaciones, sino que incluso puede ser positivo para el rendimiento de nuestro trabajo. Cuando los síntomas sean muy intensos, molestos o limitantes debemos de considerar la opción de buscar ayuda para aprender a manejar y reducir la ansiedad, así como para optimizar nuestra exposición ante el público y, de esta forma, aumentar nuestra autoestima y confianza.

No obstante, en otros casos, hay personas que habitualmente precisan hablar en público por su trabajo o por el desarrollo de sus funciones, y no son del todo conscientes de los resultados obtenidos en sus intervenciones en público, careciendo de técnica, o utilizando recursos inadecuados,  resultando poco eficaz su exposición. En estos casos también es recomendable apoyo y refuerzo de un profesional  que valore, oriente  y paute estrategias para mejorar su nivel de comunicación y oratoria.

Entre otras cuestiones, hay que tener en cuenta la audiencia a quien va dirigida nuestra charla, presentación o exposición, asimismo es importante valorar el propósito la misma,  el contexto y situación, así como nuestras dificultades personales concretas. Hay diferentes técnicas y estrategias que pueden ayudarte a conseguir un discurso convincente. Este tipo de estrategias están dirigidas a la preparación previa, al manejo de la ansiedad y la inseguridad, al control de los pensamientos negativos, a la imagen, al contacto con el público al que va dirigida nuestra exposición y, también, al control y mejora de nuestro principal instrumento de comunicación oral: la voz (ritmo, volumen, pausas, entonación, tono…)

En resumen, hay muchas técnicas y estrategias para mejorar nuestra habilidad para hablar en público de forma más segura y eficaz, y la práctica de las mismas, de forma personalizada y pautada, puede conseguir que seas, como mínimo, un orador capaz y resuelto.

“La única habilidad competitiva a largo plazo es la habilidad para aprender”  Seymour Papert

Laura Fátima Asensi Pérez
Psicóloga Especialista en Psicología Clínica
Psicóloga Forense
Especialista en Psicoterapia (Federación Europea)

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jueves, 2 de abril de 2015

Criterios Diagnósticos del Trastorno por Estrés Postraumático en el DSM-5

La 5ª edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, American Psychiatric Association) fue publicado en mayo de 2013 y se encuentra disponible en español desde 2014.  Esta nueva edición sustituye a la anterior de 2002, el DSM-IV-TR, aportando novedades con respecto a la codificación, clasificación y diagnóstico.

Independientemente de las polémicas y críticas que ha suscitado esta nueva edición, vamos a centrarnos en la innovación que ha supuesto el diagnóstico del Trastorno por Estrés Postraumático en el DSM-5, que no se encuentra en la categoría de trastornos de ansiedad, si no que se incluye en una nueva sección: “Trauma y Trastornos Estresantes Relacionados”.

En la nueva edición, el TEPT cuenta con cuatro grupos de síntomas (reexperimentación, hiperactivación, evitación y alteraciones cognitivas/cambios en el estado de ánimo). Los criterios diagnósticos, también sufren cambios y se añaden criterios separados para los niños menores de 6 años.

El criterio A, de exposición a suceso traumático, se modifica en algunos aspectos, con mayor especificación, incluyendo expresamente la violencia sexual y sin constatar el criterio A2 de la anterior edición.

El criterio B (reexperimentación) pasa a denominarse “intrusión” y los síntomas incluidos son similares. El criterio C de evitación persistente, se reduce a dos características que agrupan los síntomas, pudiendo darse una o las dos.

La novedad en el Trastorno por Estrés Postraumático en la 5ª edición del DSM es la incorporación del criterio DAlteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo asociadas al suceso(s) traumático(s)” que incorpora siete características.

El criterio anteriormente relacionado con síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal), pasa a ser el criterio E  en el DSM-5 y se refiere a “alteración importante de la alerta y reactividad” e incluye en sus seis características, el comportamiento imprudente o autodestructivo.

Los criterios diagnósticos del TEPT en el DSM-5, quedaría como sigue:


Trastorno por estrés postraumático [309.81] (F43.10) 

Nota: Los criterios siguientes se aplican a adultos, adolescentes y niños mayores de 6 años. Para niños menores de 6 años, véanse los criterios correspondientes.
A. Exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza, en una (o más) de las formas siguientes:
1. Experiencia directa del suceso(s) traumático(s).
2. Presencia directa del suceso(s) ocurrido a otros.
3. Conocimiento de que el suceso(s) traumático(s) ha ocurrido a un familiar próximo o a un amigo íntimo. En los casos de amenaza o realidad de muerte de un familiar o amigo, el suceso(s) ha de haber sido violento o accidental.
4. Exposición repetida o extrema a detalles repulsivos del suceso(s) traumático(s) (p. ej., socorristas que recogen restos humanos; policías repetidamente expuestos a detalles del maltrato infantil).
Nota: El Criterio A4 no se aplica a la exposición a través de medios electrónicos, televisión, películas o fotografías, a menos que esta exposición esté relacionada con el trabajo.

B. Presencia de uno (o más) de los síntomas de intrusión siguientes asociados al suceso(s) traumático(s), que comienza después del suceso(s) traumático(s):

1. Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos del suceso(s) traumático(s). Nota: En los niños mayores de 6 años, se pueden producir juegos repetitivos en los que se expresen temas o aspectos del suceso(s) traumático(s).
2. Sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido y/o el afecto del sueño está relacionado con el suceso(s) traumático(s). Nota: En los niños, pueden existir sueños aterradores sin contenido reconocible.
3. Reacciones disociativas (p. ej., escenas retrospectivas) en las que el sujeto siente o actúa como si se repitiera el suceso(s) traumático(s). (Estas reacciones se pueden producir de forma continua, y la expresión más extrema es una pérdida completa de conciencia del entorno presente.) Nota: En los niños, la representación específica del trauma puede tener lugar en el juego.
4. Malestar psicológico intenso o prolongado al exponerse a factores internos o externos que simbolizan o se parecen a un aspecto del suceso(s) traumático(s).
5. Reacciones fisiológicas intensas a factores internos o externos que simbolizan o se parecen a un aspecto del suceso(s) traumático(s).

C. Evitación persistente de estímulos asociados al suceso(s) traumático(s), que comienza tras el suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por una o las dos características siguientes:

1. Evitación o esfuerzos para evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociados al suceso(s) traumático(s).
2. Evitación o esfuerzos para evitar recordatorios externos (personas, lugares, conversaciones, actividades, objetos, situaciones) que despiertan recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociados al suceso(s) traumático(s).


D. Alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo asociadas al suceso(s) traumático(s), que comienzan o empeoran después del suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:

1. Incapacidad de recordar un aspecto importante del suceso(s) traumático(s) (debido típicamente a amnesia disociativa y no a otros factores como una lesión cerebral, alcohol o drogas).
2. Creencias o expectativas negativas persistentes y exageradas sobre uno mismo, los demás o el mundo (p. ej., “Estoy mal,” “No puedo confiar en nadie,” “El mundo es muy peligroso,” “Tengo los nervios destrozados”).
3. Percepción distorsionada persistente de la causa o las consecuencias del suceso(s) traumático(s) que hace que el individuo se acuse a sí mismo o a los demás.
4. Estado emocional negativo persistente (p. ej., miedo, terror, enfado, culpa o vergüenza).
5. Disminución importante del interés o la participación en actividades significativas.
6. Sentimiento de desapego o extrañamiento de los demás.
7.Incapacidad persistente de experimentar emociones positivas (p. ej., felicidad, satisfacción o sentimientos amorosos).

E. Alteración importante de la alerta y reactividad asociada al suceso(s) traumático(s), que comienza o empeora después del suceso(s) traumático(s), como se pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:

1. Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poca o ninguna provocación) que se expresan típicamente como agresión verbal o física contra personas u objetos.
2. Comportamiento imprudente o autodestructivo.
3. Hipervigilancia.
4. Respuesta de sobresalto exagerada.
5. Problemas de concentración.
6. Alteración del sueño (p. ej., dificultad para conciliar o continuar el sueño, o sueño inquieto).

F. La duración de la alteración (Criterios B, C, D y E) es superior a un mes.

G. La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

H. La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., medicamento, alcohol) o a otra afección médica.

Especificar si:

Con síntomas disociativos: Los síntomas cumplen los criterios para el trastorno de estrés postraumático y, además, en respuesta al factor de estrés, el individuo experimenta síntomas persistentes o recurrentes de una de las características siguientes:

1. Despersonalización: Experiencia persistente o recurrente de un sentimiento de desapego y como si uno mismo fuera un observador externo del propio proceso mental o corporal (p. ej., como si se soñara; sentido de irrealidad de uno mismo o del propio cuerpo, o de que el tiempo pasa despacio).
2. Desrealización: Experiencia persistente o recurrente de irrealidad del entorno (p. ej., el mundo alrededor del individuo se experimenta como irreal, como en un sueño, distante o distorsionado). Nota: Para utilizar este subtipo, los síntomas disociativos no se han de poder atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., desvanecimiento, comportamiento durante la intoxicación alcohólica) u otra afección médica (p. ej., epilepsia parcial compleja).

Con expresión retardada: Si la totalidad de los criterios diagnósticos no se cumplen hasta al menos seis meses después del acontecimiento (aunque el inicio y la expresión de algunos síntomas puedan ser inmediatos).

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Asociación Americana de Psiquiatría, Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM 5. Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría, 2013


American Psychiatric Association (2013). DSM-5. Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th Edition). Washington, DC: Author.


@Laura Fátima Asensi Pérez


jueves, 5 de febrero de 2015

Acoso Escolar - Maltrato cero

¿Lo vas a consentir? Maltrato cero.
 
Nueva guía de Orientaciones sobre el acoso escolar del Equipo Técnico de la Dirección General de Ordenación Académica de la Consejería de Educación y Ciencia del Principado de Asturias.
 
 
La guía, de lectura recomendable para todos aquellos interesados en el tema del acoso escolar, traslada una cita de Albert Einstein, muy acertada para introducir el tema del acoso escolar: "“El mundo no está amenazado por malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad".
 
 
 
 
 

Resumimos el protocolo de actuación que se propone:
 
 ¿QUÉ HACER CUANDO UN ALUMNO/A SE SIENTE VÍCTIMA DE ACOSO ESCOLAR, O BIEN LA FAMILIA, EL PROFESORADO O ALGÚN COMPAÑERO/A DETECTA UNA SITUACIÓN DE ESTE TIPO?
 
El primer paso será comunicar la situación de acoso en el centro escolar, ante:
· Un profesor o profesora con el que pueda existir más confianza.
· El Tutor/a
· El Departamento de Orientación.
· El Equipo Directivo.
 
En esta primera fase habría que citar y recibir a la familia y al alumno/a acosado/a en entrevista individual para conocer el alcance del problema; citar y recibir a la familia y al alumno/a acosador/a , así como al resto de implicados en entrevista individual para conocer el alcance del problema; convocar al Equipo Docente, informar a las familias sobre medidas a adoptar...
 
En una segunda fase, la guía recomienda el análisis de la información y medidas a adoptar. La Junta de Profesores, el Departamento de Orientación y/o la Comisión de convivencia, convocadas por el Director o persona en quien delegue y ayudados de la hoja de recogida de información, para facilitar un análisis ordenado de cada caso, decidirá las posibles medidas a aplicar, de acuerdo con en el Reglamento de Régimen Interno (RRI) del centro.
 
Se sugieren MEDIDAS de protección a la víctima: · Vigilancia específica de acosador/a o acosadores/as y acosado/a. · Tutoría individualizada de los implicados/as. · Solicitar la colaboración familiar para la vigilancia y el control de sus hijos e hijas. · Cambio de grupo · Pautas de autoprotección a la víctima.
 
También se recomiendan otras medidas correctoras con el agresor/a o agresores, en función de la gravedad de los hechos.
 
Además de otras fases, se podrá solicitar colaboraciones externas: Servicio de Inspección, Servicio de Justicia del Menor, Instituto de Atención a la Familia (según comunidades o provincias), etc.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Violencia de Género y Predicción de Riesgo

Trasladamos entrada publicada en el blog de  PsicoJurix


Estos últimos días los medios de comunicación se han hecho eco de posibles fallos en la protección de las víctimas de violencia de género. El  informe del Observatorio del CGPJ destaca aspectos mejorables en la valoración y gestión de riesgo. En un informe anterior ya se había propuesto 13 medidas para mejorar la protección de las víctimas de violencia de género. Podemos leer  que en 14 de los 15 casos de muertes violentas la calificación policial no apreció un peligro alto. El Informe sobre fallecimientos por violencia de género con procedimientos judiciales previos en 2014 señala que incluso en dos de los tres casos en los que la orden de protección estaba en vigor, el riesgo fue valorado como «bajo» o «no apreciado». Tres de los asesinos tenían antecedentes de agresión a otras parejas. El informe argumenta que hay que vigilar al agresor después de cumplida la pena.

El ministro de Justicia ha declarado que hay que mejorar la clasificación del nivel de riesgo en estos casos.

En eldiario.es podíamos leer que Agentes de la Guardia Civil afirman sufrir “presiones” para bajar los avisos de riesgo en mujeres maltratadas. Además de la carencia de medios, denuncian una absoluta falta de formación específica de los agentes responsables de violencia de género fuera de las ciudades
En mi opinión profesional es necesario destacar que, obviamente, no es posible predecir la conducta futura de forma indubitada, y mucho menos una conducta tan compleja  como el asesinato de una mujer por parte de su pareja o ex pareja.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que  la predicción del riesgo está en función de la vulnerabilidad de la víctima, pero también de la peligrosidad del agresor, y todo ello en un contexto concreto y específico, relacional y temporal.

Desde mi punto de vista, centrándome en  la predicción de riesgo policial, que se realiza en el momento de la instrucción del atestado y utilizando básicamente como fuente principal de información, en la mayoría de los casos, a la propia  víctima, puede resultar parcial, y por tanto no representaría la variedad e intensidad de conductas que comprenden la violencia de género, teniendo en cuenta, además, que la mayoría de las víctimas no sabe siquiera qué tipo de maltrato está sufriendo ni mucho menos la intensidad y peligrosidad del mismo. Por otra parte, las víctimas de malos tratos, han desarrollado unas secuelas y unas características propias, precisamente por haber sufrido dicha situación de forma continuada, y pueden presentar en el momento de la denuncia elevada ansiedad, confusión, sentimientos de culpa, protección hacia sus hijos, miedo, etc. Además muchas de estas mujeres maltratadas llevan años acultando su situación por lo que difilmente van a ofrecer en el momento de interponer la denuncia, una información relevante para valorar de forma efectiva el riesgo al que están expuestas o el riesgo de reincidencia de su maltratador. Aunque esto no quiere decir que no se realice por la policía una valoración urgente e inmediata del risgo, pero hay que reconocer algunas de sus limitaciones.

Es necesario valorar no solo el riesgo a que está expuesta la víctima si no también el riesgo del maltratador en cuanto a su intensidad y la probabilidad de cometer conductas violentas futuras contra su pareja o ex pareja en un período temporal determinado.
 
Por otra parte, se precisa (y así se reclama por los propios agentes y policías con los que he tenido la oportunidad de coincidir en diversos foros) mayor formación, especialización y reciclaje profesional en tres aspectos básicos; en primer lugar, formación en el ámbito de la violencia de género, como una violencia compleja y diferente a otros tipos de violencia. En segundo lugar,  formación  en conocimiento criminológico  de los factores de riesgo concretos y específicos, empíricamente validados y relacionados con este tipo de violencia; también, imprescindible,  formación específica y de calidad  sobre la aplicación de los protocolos  de valoración de riesgo. 

Con ello probablemente se minimizaría  la subjetividad de las estimaciones y predicciones y disminuirían los errores de predicción del tipo falso-negativo, con las consecuencias fatales que ello conlleva.

Como CONCLUSIÓN,  a mayor rigor técnico (protocolos y técnicas empleadas, formación, reciclaje profesional…) mayor eficacia de la valoración de riesgo de violencia futura, y todo ésto, probabilísticamente hablando.

@Laura Asensi Pérez

sábado, 8 de febrero de 2014

La Autopsia Psicológica

Compartimos la última entrada del blog de PsicoJurix sobre la autopsia psicológica en la investigación criminal y análisis de conductas suicidas.

La Autopsia Psicológica es entendida como “un proceso de  recolección de datos que permite reconstruir el perfil psicológico de  una persona y su estado mental  antes del deceso por causa  dudosa (suicidio, homicidio,  muerte accidental o natural)” Se realiza a través de una serie de  investigaciones retrospectivas, indirectas y  posmortem.


Mientras que una autopsia médica es esencialmente un examen físico de la persona fallecida, una autopsia psicológica (PA) es esencialmente un examen del estado mental de la persona fallecida.

La idea de una autopsia psicológica es descubrir el estado psicológico  de la víctima antes de la muerte, ya que los resultados pueden ser necesarios para resolver casos criminales dudosos, suicidios, accidentes, juicios por mala praxis, o incluso reclamaciones de seguros. Cuando las circunstancias de una muerte pueden ser interpretadas de más de una forma (también llamada muerte equívoca), los psicólogos pueden ayudar a recopilar información retrospectiva sobre el comportamiento, estado psicológico, y posibles motivos, que pueden no ser constatables desde otros análisis biológicos, investigativos o médicos.  

Shneidman,  a partir de los años 60, junto con Farberow, describen en detalle el procedimiento de la autopsia psicológica, que mas tarde retoman Liman, Curphey y Tabachnick (citados por Young, 1992).

Los primeros autores en utilizar este método lo hicieron por razones básicamente médicas y legales, particularmente cuando las causas de una muerte eran dudosas o estaban mal definidas. El método fue aplicado más tarde para la prevención del suicidio http://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK7126/, intervención en crisis, o en investigación, e identificar los sujetos "en riesgo" de cometer suicidio. 

Hay una serie de razones por las que podría ser apropiado llevar a cabo un PA, sin embargo, la más común es para ayudar a determinar la naturaleza de la muerte.

El método consiste en la recopilación de toda la información disponible sobre los difuntos a través de entrevistas estructuradas de los miembros de la familia, parientes o amigos, así como información del personal de atención médica. Además, la información se obtiene de  registros psiquiátricos y de salud, otros documentos y el examen forense. Así, una autopsia psicológica sintetiza la información de múltiples informantes y registros. La primera generación de autopsias psicológicas estableció que más del 90 % de los suicidios consumados han sufrido por lo general trastornos mentales comórbidos, la mayoría de ellos los trastornos del estado de ánimo y / o trastornos de uso de sustancias (ver

Shneidman (citado por Ebert, 1991) indica que son cuatro los objetivos de este proceso:

1. Determinar el modo o la causa de la muerte en casos equívocos.
2. Averiguar el tiempo en el cual se produjo la muerte.
3. Obtener la información suficiente para evaluar los datos obtenidos de diversos intentos de suicidio, con el fin de prevenir dichos intentos y la letalidad de los mismos.
4. Terapéutico para con los amigos y familiares del occiso”.

En el contexto de una investigación forense se emplea una autopsia psicológica (AP) como herramienta de recolección de datos. La naturaleza de la información recogida por lo general incluye la siguiente:

- Información biográfica (edad, estado civil, ocupación…)

- Información personal (relaciones, estilo de vida, problemas laborales, uso de alcohol / drogas, fuentes de estrés…)

- Información secundaria (antecedentes familiares, antecedentes policiales, diarios…)

Antes de continuar, es importante tener en cuenta que, al igual que con la mayoría de los protocolos de recogida de datos llevados a cabo dentro de un marco psicológico, existen diferentes enfoques metodológicos. Una manera útil de pensar en esto es en términos de “el fin justifica los medios

El objetivo final es, en términos generales, el mismo, es decir, se espera que, en conjunto, la información obtenida, como Berman y Litman (1993) describen, sea el resultado de: 'El análisis post-predictivo, elaborarando un dictamen, ofreciendo una comprensión lógica de la relación entre el fallecido y los acontecimientos y conductas que precedieron a la muerte'.

Los medios por los cuales se llega este fin pueden, sin embargo, variar ligeramente, por ejemplo, el enfoque clínico vs el enfoque de análisis de la muerte equívoca favorecido por el FBI.

Un protocolo integrado ilustrativo para la investigación criminal (MAPI-CRIMINAL) podemos verlo aquí


Laura Fátima Asensi Pérez
Psicóloga Forense
Profesora Criminología UA
Co-directora PsicoJurix

viernes, 17 de enero de 2014

Depresión - Video psicoeducativo

Video psicoeducativo de la OMS sobre Depresión.

Este breve vídeo nos explica de manera muy clara y sencilla los sentimientos que tiene una persona que padece depresión y la forma para afrontarlo, merece la pena verlo.